Se necesita de mucho valor, de un gran Ego, para poner en primer lugar las necesidades de todos en vez de las propias. Se necesita de un Ego grande para dedicar la vida, no a los demás, sino a todos por igual (incluyéndose, por supuesto), en vez de solo a sí mismo.
Un Ego fuerte y grande no es egoísta porque se siente seguro de sí mismo. Son las personas con un Ego débil las que viven llenas de miedos, dudas, preocupaciones, inseguridades. Personas que no solo nunca harán nada por sí mismos sino tampoco por los demás.
Las personas con un Ego débil son las que se convierten en egoístas por mucha "humildad" que quieran aparentar. Las personas con un Ego débil son las que suelen decir que son desgraciados, mártires, "que si toda la vida ayudando a los demás, en vez de a sí mismos", que sí "siempre dando", que "vivir para nada", que "¿por qué el gobierno no hace nada?" que ¿por qué Dios lo permite?" (saliéndose ellos de la situación o circunstancias), y "yo solo qué voy a hacer, yo no puedo cambiar el mundo"...
Estas últimas expresiones que se suelen oír por doquier provienen de Egos muy débiles, de personas muy inseguras, a las cuales les será muy difícil de tener un pensamiento trascendental, obtener una conciencia superior, vivir según su Alter Ego.
Se necesita de un gran Ego para vivir según Dios manda, ...
... para pensar.
Damián Alvarez
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