Jesucristo cura a distancia, al siervo de un soldado romano:
El soldado romano no se consideraba digno de que Jesucristo entrará en su casa, lo cual le transmitió. También le dijo que tan solo con una palabra suya (de Jesucristo), su siervo de seguro curaría. Jesucristo le respondió: "vete a tu casa que tu fe ha sanado a tu siervo", y parece ser que así fue.
En este caso vemos claramente como la interacción y resonancia energética entre los seres humanos se sucede a distancia, y que igual puede curar como enfermar. También se demuestra que cada ser humano tiene el poder de sanar y curar. Jesucristo no dijo: "vete a tu casa que mis palabras sanarán a tu siervo", sino que le dijo al romano: " vete a tu casa que tu fe ha sanado a tu siervo". En este momento podemos hacer un paréntesis para explicar que la fe no es creer en algo o alguien abstracto aunque no lo veamos, así como las religiones nos han intentado inculcar, sino que la fe es la fuerza que ponemos tras nuestras energías, así sean pensamientos, sentimientos como emociones.
Depende de la cantidad de fe que se ponga tras nuestras energías (independientemente si son positivas o negativas), la manifestación o no manifestación del sentimiento, pensamiento, o emoción deseada. Entendiendo siempre la fe como lo contrario a la duda. La duda debilita mucho nuestras energías, hasta tal punto de no causar efecto físico alguno.
En una sociedad donde se educa principalmente (por no decir únicamente), de forma mental, y negativa, nuestra la fe la solemos poner en pensamientos negativos y así nos autodestruimos. Está claro que, en general, las personas son más negativas que positivas. El miedo (siendo un sentimiento negativo), al igual que el amor, es energía poderosa, pero para destruir en vez de sanar. La que se suele usar a diario. La fe, (en la actualidad), del ser humano se pone tras sus miedos, dándoles mucho poder.
En una sociedad donde se educa principalmente (por no decir únicamente), de forma mental, y negativa, nuestra la fe la solemos poner en pensamientos negativos y así nos autodestruimos. Está claro que, en general, las personas son más negativas que positivas. El miedo (siendo un sentimiento negativo), al igual que el amor, es energía poderosa, pero para destruir en vez de sanar. La que se suele usar a diario. La fe, (en la actualidad), del ser humano se pone tras sus miedos, dándoles mucho poder.
Damián Alvarez
34 Años Educando y Sanando al Mundo
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