Jesucristo puede perdonar los pecados. Nosotros, los sanadores, también lo podemos hacer.
No se trata de blasfemia alguna, ni de que nos creamos dioses. Nosotros "solo" somos seres humanos creados a imagen de Dios, encarnados en un cuerpo físico, así como Jesucristo mismo hizo mientras moró entre nosotros.
No se trata de blasfemia alguna, ni de que nos creamos dioses. Nosotros "solo" somos seres humanos creados a imagen de Dios, encarnados en un cuerpo físico, así como Jesucristo mismo hizo mientras moró entre nosotros.
Cita la Biblia que le llevaron a Jesucristo una persona que no podía ni caminar, de hecho, acudieron a él llevándolo postrado en una camilla. Mientas Jesucristo lo curaba parece ser que le dijo: "Te perdono tus pecados", cosa que escandalizó a algunos fariseos, sacerdotes y escribas que se encontraban entre la masa de gente que se había reunido expectante ante lo que pudiera suceder. Parece ser que Jesucristo les leyó los pensamientos y les dijo: "¿Creen que es más fácil (o que no soy digno de perdonar pecados), curar que perdonar pecados? "Levántate y anda, y Lázaro se levantó y caminó”.
Con esta curación Jesucristo nos demuestra dos cosas: Primero, que cuando sanamos estamos "perdonando pecados" al paciente, o sea, que estamos deshaciendo energías negativas bloqueadas en el alma humana que causan la enfermedad. En verdad, como he dicho tantas veces, los sanadores somos "devoradores de pecados". Muchas veces, el sanador tiene que padecer y sufrir los pecados de sus semejantes para sanarlos. ¿Injusticia padecer por otros?, yo lo llamo unión, solidaridad y amor: El trabajo de todo buen sanador, una pasión vital.
Jesucristo Sana la Raíz de la Enfermedad Jesucristo Perdona los Pecados |
Segundo, que Jesucristo asocia "pecados" con la raíz de la enfermedad, o sea, que enfermamos, y de seguro también morimos, porque pecamos. Definimos "pecado" como energías negativas (pensamientos, emociones, sentimientos, actos negativos), dirigidos hacia otros seres (incluyendo a Dios), y hacia nosotros mismos. No es de extrañar que enfermemos cuando pecamos, ya que pecar es vivir sin amor. Celos, envidias, rencor, rabia, ira, vanidad, orgullo, prepotencia, etc, corroen el alma, enferman el cuerpo, y demuestran un existir ausente de amor. No se puede vivir fuera del hábitat natural en el que fuimos creados y sobrevivir. Nuestra esencia y nuestro sustento es el amor. Sin amor morimos, fuera del amor no existe vida. De hecho, Jesucristo mismo nos dio la clave de la vida eterna: Cumplir con los Mandamientos de la Ley de Dios, o con otras palabras. "Amarás a Dios sobre todas las cosas, al prójimo, como a ti mismo (a ti mismo también).
Podría seguir poniendo ejemplos de curaciones de Jesucristo que no solo demostrarían la existencia del alma humana, el potencial humano y la perfección de la creación divina, sino también que todos los seres estamos conectados por las leyes de interacción y resonancia energética, y de que Jesucristo, hace más de 2.000 años era completamente consciente de ello, y las utilizaba en pro de la humanidad.
Damián Alvarez
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